lunes, 21 de diciembre de 2015

Hoy os quiero contar aquel dia que yo volví a nacer

 
 
Dos días antes mi madre había pasado uno de los peores disgustos de su vida, le habían robado el sobre, fue ese día cuando me enteré, justo cuando lo encontraron, con la documentación de mi ingreso totalmente arrugada; meses de gestiones, favores y súplicas de mis padres que habían derivado en una autorización para ingresarme en una clínica privada y realizarme una intervención de corazón.
 
Fue ya en la clínica cuando me explicaron que cuando era muy pequeño me había dado un paro cardiaco y que un médico me hizo revivir. De aquella clínica recuerdo especialmente a mi compañero de habitación, un niño más pequeño que yo, con el que estuve jugando aquella tarde con un diminuto cochecito de policía.
 
Esto sucedía el 2 de Mayo del 72, y el 3 por la mañana cuando desperté, la cama de mi compañero de habitación  estaba vacía. Pregunté por él, sin obtener respuesta,  mientras mi madre intentaba que no la viese llorar y una enfermera me pintaba prácticamente todo el cuerpo con yodo para después subirme a quirófano..

Mi contador se volvió a poner a cero cuando me quedaba prácticamente un mes para finalizar segundo curso de EGB, hasta ese día no me habían explicado mucho, más bien nada, simplemente me llevaban al médico de tanto en tanto y me llenaban el cuerpo de cables y ventosas para hacerme lo que hoy se que es un electrocardiograma.
 
Del día que nací no me puedo acordar, ni de mi despertar del paro cardiaco tampoco, pero si recuerdo cuando abrí los ojos aquella tarde y vi a mis padres al fondo, en lo que me parecía un ascensor, aunque no era más que un cristal, recuerdo que estaba muy cansado y que deseaba levantarme de aquella cama para ir junto a mi madre, quería abrazarla. 
 
Creo que pasó al menos un día antes de que volviera a mi habitación con la intención de jugar con mi nuevo amigo, pero su cama seguía vacía. Marché de aquella clínica con ganas de volver a verlo algún día,  convencido de que le estaban operando o que estaba en aquella sala llena de máquinas donde yo permanecí cansado durante horas.

De esa experiencia aprendí algunas cosas positivas que han marcado mi filosofía de vida desde aquel día, primero valorando que la ciencia me había salvado la vida y también que la suerte había estado de mi lado. Desde ese día intento encontrar siempre espacio para hacer nuevos amigos, desgraciadamente siempre tengo mucha prisa por conocerlos, no lo puedo evitar, no quiero quedarme solo con el recuerdo del cochecito,  tengo prisa porque tengo miedo.
 
Estuve varios meses en casa, recuperándome de lo que yo siempre llamé mi segundo nacimiento, aunque realmente era el tercero.
Salí de casa por primera vez para la entrega de premios de las olimpiadas que se celebraban en el barrio a final de curso y en las que el año antes había participado.
Ese año a diferencia del anterior había juguetes como premio para todos los participantes, me los miraba con tristeza, (cuántas ganas tenia yo de poder tener uno de esos juguetes).
El organizador me sorprendió cuando me llamó y me dejó elegir como al resto de niños, aún no habiendo participado. Recuerdo que dudé y cogí una raqueta de tenis, pero sobre todo recuerdo que estaba feliz, muy feliz.
Él, el señor Guerrero,  siempre decía "lo importante no es ganar, es participar" y aquel día mientras entregaba mi premio me dijo "lo importante es querer participar".

Ese día aprendí que lo importante no es lo que haces, sino lo que realmente quieres hacer, lo que te apasiona. Porque si algo te apasiona, si lo haces, serás feliz.
Desde ese día, sueño cada día, sueño para ser feliz haciendo lo que amo y amando lo que hago.
 
A los siete años había vuelto a nacer, desde entonces pienso que mi vida todos los días es un regalo, un premio que no merecía más que otros que no lo recibieron y que celebro cada mañana cuando me despierto.
El estar tan cerca de la muerte me ha hecho valorar día a día  realmente lo mejor que tengo,
lo mismo que tenia cuando era pequeño en aquella casa llena de goteras:

amor de mi familia, ilusión por aprender, y tiempo, todo el tiempo del mundo para dedicarlo a soñar, para después procurar que mis acciones se muevan por la pasión.

Como dice una gran embajadora y mejor persona:
Este mundo necesita gente como nosotros, que ame lo que hace.

Os lo explicaré de otra forma, la diferencia entre un camarero y un camarero excelente, es que el segundo ama lo que hace. Y la diferencia entre un médico y un médico excelente, es que el segundo ama lo que hace. No son los conocimientos lo que marcan las diferencias entre las personas, sino su amor por lo que hacen. Pero también la diferencia entre una madre y una madre excelente es exactamente la misma.
La excelencia se consigue gracias a amar lo que se hace y la felicidad se consigue haciendo lo que se ama.

No cuento esta historia para que sepáis como soy, los que me conocéis ya lo sabéis y al resto no les aportaría nada.
Lo que pretendo explicaros es un ejemplo para que no necesitéis estar al borde de la muerte para valorar la vida, para empezar a hacer lo que realmente queréis no necesitáis ingresar en un hospital, basta con que penséis, pensar cada mañana cuando os despertéis, pensar hasta descubrir lo que queréis, soñar y actuar.

Vuestra vida también es un regalo.
 

 


5 comentarios:

  1. Recuerdo aquel con toda la claridad del mundo, recuerdo que el día anterior de tres no bajó ninguno de la piedra, y ese día sólo bajastes tu, siempre supe que la fe y la esperanza de aquel mar de lágrimas de aquella mujer que te miraba a través del cristal te salvo la vida.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  3. Toni, hoy no has contado sobre nadie, hoy has contado tu pra y real historia, gracias a esa intervención, hoy estas aquí entre nisitr@s, es preciosa porque gente que haya pasado por algo así, sabrá y entenderá mejor el valor que se le da a la vida después de lo ocurrido. Amo a la gente que profesionalmente o no , sea excelente en lo que hace, porque eso significa que lo hace con ganas y Pasión , y ese médico te salvo la vida. Gracias por estar entre nosotros y ser como eres. Y gracias a a las madres por estar siempre ahí en los buenos y malos momentos.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tus palabras Toni.
    Yo también espero poder seguir leyéndote por aqui, ahora y siempre, hasta que nuestro regalo ya no nos pueda pertenecer.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar