lunes, 11 de enero de 2016

Hoy os quiero contar, demorar es liderar.



En náutica tienes que ser capaz de corregir continuamente el rumbo en función de los factores exógenos, aquellos que no dependen de ti, pero que están ahí, como la corriente y el viento, solo corrigiendo continuamente el rumbo puedes llegar a buen puerto..

Mi afición por la náutica me llevó a tener que trabajar el concepto de la demora, a actualizar mis conceptos de trigonometría, a saber calcularla y utilizarla para corregir el rumbo.

Pero no solo aprendí a corregir el rumbo para llegar a mis destinos,

Antes de zarpar, tienes  que realizar un check list que no puedes bajo ningún concepto eludir.
En primer lugar se tiene que comprobar que la previsión meteorológica se está cumpliendo, que, viento, marea y temperatura coinciden con la prevista. A partir de ahí se realiza una revisión punto a punto de elementos de seguridad, flotabilidad, electrónica y motorización.
Tu puedes tener muy claro tu destino, tener todo el conocimiento y la pasión necesaria para pasar un buen día en el mar, planificar, organizar y preparar minuciosamente con antelación hasta el más mínimo detalle, sin embargo,
cualquier incidencia por pequeña que sea te debe llevar inmediatamente a la demora de la actividad, por mucho que te duela, por mucho que te apetezca, de momento no navegarás.

Navegando aprendes a tener la capacidad de renunciar al objetivo, es lo que yo llamo saber demorar.

En la facultad la demora que se estudia en derecho hace referencia a la tardanza en el cumplimiento de las obligaciones y coloquialmente se entiende por demorar, dejar para después, retrasar.
La realidad es que cuando en el mar demoras, no retrasas temporalmente, no dejas para después,
tienes que ser consciente que has renunciado.

En el mar, demorar es renunciar, porque aunque inicialmente crees que lo dejas para un mejor momento, ese momento ya pasó.

Fuera del entorno marítimo, la filosofía es exactamente la misma, quizás más difícil de encajar, pero exactamente la misma. Saber demorar es la capacidad de renunciar a tus objetivos.

Durante el transcurso de mi vida he dejado para otro momento muchas cosas, algunas de ellas bastante importantes, a veces por factores exógenos, pero otras muchas por factores endógenos, he renunciado también por el bien de los demás, me he apartado y he cambiado mi rumbo, me he amoldado a las circunstancias, he respirado hondo, me he secado las lágrimas y he continuado avanzando por ese camino que se traza cada día a base de corregir continuamente el rumbo.

En definitiva, el concepto que os he querido transmitir, no es más que una de las atribuciones que aparecen en algunos textos formativos de liderazgo, el saber renunciar a algunas metas para alcanzar otros objetivos y saber cuando hay que renunciar a los objetivos para salvaguardar el cumplimiento de la misión.

Aunque no lideres equipos, no olvides que lideras tu vida, tu marcas tus metas, conoces tus objetivos y que por encima de todo están tus sueños. Debes corregir continuamente el rumbo para no apartarte del camino hacia tus sueños, porque estos cuando se demoran también se pierden, y renunciar a tus sueños es renunciar a tu vida.

Los sueños son demasiado importantes como para dejarlos para otro momento, espero que no tengas que hacerlo.







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